Las autoridades sanitarias del Reino Unido han detectado la aparición de una de las mutaciones más preocupantes del Covid-19, denominada E484K y asociada a una mayor facilidad para escapar de las defensas humanas. Esta nueva mutación fue hallada en la variante británica del virus que ya preocupaba por ser aparentemente hasta un 50% más contagiosa.
La conocida como variante británica apareció en septiembre y se convirtió rápidamente en la dominante en el Reino Unido. Ya se ha detectado en 73 países y las autoridades estadounidenses han advertido de que tiene el potencial de empeorar la pandemia. La variante británica presenta 23 cambios, incluida la mutación N501Y, apodada Nelly por algunos genetistas y vinculada a la mayor capacidad de infección.
La mutación E484K, rebautizada Erik, se sumaría ahora a las otras 23 identificadas previamente. “Es preocupante porque a una variante más transmisible, y que ahora parece que podría estar asociada a una mayor gravedad de la enfermedad, le unimos una mutación que sabemos que compromete la respuesta con anticuerpos”, opina el biólogo Iñaki Comas, codirector del consorcio que vigila los genomas del coronavirus en España.
El biólogo Iñaki Comas recuerda que las defensas humanas no consisten solo en los anticuerpos. Otro componente esencial de la respuesta inmune son los linfocitos T, unos glóbulos blancos capaces de destruir las células infectadas por el coronavirus. Una mayor resistencia a los anticuerpos no implica necesariamente que el virus escape al ejército defensivo del cuerpo humano.
El gran temor ahora es que la nueva variante británica con el añadido de Erik sea todavía más transmisible, más dañina y más resistente a las vacunas. La combinación de las mutaciones Erik y Nelly ya se había identificado antes en otras dos variantes preocupantes, detectadas por primera vez en Sudáfrica y en Brasil.
La mutación Erik es la principal sospechosa de la mayor resistencia del virus a los anticuerpos humanos. Las vacunas parecen ser menos eficaces a la hora de frenar las infecciones por virus con la mutación Erik, pero siguen ofreciendo una altísima protección frente a la covid grave.
“Un virus que no se propaga es un virus que no evoluciona”, sentencia el biólogo colombiano Julián Villabona. “La mutación E484K es preocupante, pero no es una razón para desesperarse. La E484K puede tener un impacto en la capacidad del virus para reinfectarnos, pero esto no significa que la variante vaya a evadir por completo nuestro sistema inmunológico. Además, el efecto de la mutación en las vacunas puede ser diferente a nivel individual, pero el efecto a nivel poblacional puede continuar siendo satisfactorio”, subraya Villabona.
La solución al problema es muy conocida: vacunar cuanto antes a todo el mundo y, hasta entonces, protegerse con mascarillas, distancia física, higiene de manos y buena ventilación. “La lección que nos enseñan las nuevas variantes, y la mutación E484K, es que no debemos subestimar la evolución viral dejando que el virus se propague desenfrenadamente”, recalca Villabona. “Un virus que no se propaga es un virus que no evoluciona”, sentencia.